Cook Art, Events

Ruscalleda despide el Sant Pau bailando


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Cuando el Sant Pau hizo 20 años Carme Ruscalleda y Toni Balam publicaron un libro y celebraron una gran fiesta multitudinaria que llenó Sant Pol de amigos, proveedores, periodistas, clientes …

Diez años después, la pareja triestrellada ha hecho coincidir los 30 años con el cierre del restaurante, así que el soplo de velas debía ser muy especial. Ni riadas de gente ni fuegos artificiales. Todo fue íntimo y emotivo, pero también muy divertido. La chef y su marido reunieron los más cercanos al lugar donde mejor se lo pasan cuando hacen fiesta: La Quadra de Calella de Mar. Estaban Nandu Jubany, Fina Puigdevall, Carles Gaig, Ly Leap, Espartac Peran, Queco Novell (que tuvo también pastel de cumpleaños sorpresa) …

El local te recibe con un cartel que no deja lugar a dudas: «Taberna típica, dancing, solera de vino, jamón, queso y buena música», y, dentro, te sientes como si fueras Ava Gardner de fiesta tras rodar Pandora y el holandés errante en Tossa. En este ambiente de calidez y buen servicio, entre jamones y utensilios colgando del techo, Toni Balam y su grupo tocaron éxitos musicales de toda la vida e hicieron bailar a sus invitados y los clientes anónimos como si no hubiera un mañana.

Pero hay un mañana. Ruscalleda, hasta ahora con siete estrellas Michelin, se siente feliz y tranquila porque continuará vinculada a la gastronomía con el Moments, el restaurante de Tokio y proyectos diversos. Sin embargo, no pudo (ni quiso) evitar la emoción cuando, a ritmo de trompeta, apareció el superpastel de chocolate con un «30» enorme y los nombres de Toni y Carmen en primer plano. Con un beso en los labios la pareja culminó un fin de semana intenso. El sábado habían servido la última cena a comensales que, en el momento de la reserva, no tenían ni idea de que se encontrarían con el last dance de una cocinera que ha sabido crear su propio mundo gastronómico a partir de los sabores del Maresme. «Fue muy bonito», decía.

 

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