Lo que más nos impactó de André Leon Talley

julio 1, 2018 Leave a comment

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André Leon Talley, todo un icono de la moda de las últimas décadas, ha pasado por la 080 Barcelona Fashion para recibir un homenaje y darnos su visión del mundo de los desfiles y de una industria en continuo cambio. Escuchando al emocional y excéntrico exeditor de Vogue USA se viaja al glamur del pasado junto a los rebeldes icónicos Diana Vreeland y Warhol, al color de las vestimentas de las feligresas negras de su infancia, a su época de joven excéntrico en el París d’Yves Saint Laurent… Me quedo con lo mejor de su charla y del documental que cuenta su vida, The Gospel Acocording to André (Magnolia Pictures) sintetizado en 15 puntos y algun titular: «La boda de Meghan Markel es un momento culminante de la cultura negra».

Nació y creció en el puebo de Durham en el sur segregacionista junto a su abuela, un pilar bàsico en su vida, que años después sustituiría por Diana Vreeland, la dama que le enseño el lenguaje de la moda. Tanto quiso a la gran editora que ahora ha rediseñado la casa natal de la abuela tal como le hubiera gustado a ella, en tonos rojos, con objetos maravillosos y un toque clásico. «Mi abuela no sabía de moda pero las dos compartían valores y daban alegría a la gente».

La casa de la abuela
Cuenta André que se siente como «una especie en peligro de extinción», un editor de la vieja escuela, «un dinosaurio de la moda», aunque cree que las revistas de moda tienen futuro más allá del gran impacto del mundo digital. «Si hay moda, habrá revistas porque es la única manera de unir moda con arte y cultura».
Cuando llegó a Nueva York en 1974 («cuando explosionó el mundo de la moda en tiempos de plena libertad») se mezcló con el mundo revolucionario de The Factory. Empezó como recepcionista y a diferencia de sus antecesores, él sí que cogía el teléfono y hacía su trabajo. Vestía de manera excèntrica (algunos lo confundían con un príncipe africano) con turbantes y volantes, pero era un ser íntimamente contenido que vivía al margen de la droga y de las orgías de Studio 54. «Era como un monje del conservador sur», cuenta una amiga.
¡Quiero drama, pensar en rosa! decía Diana Vreeland cuando se enfrentaba a una editorial de moda o ante un maniquí del museo metropolitano. Haciendo suyo ese deseo consiguió André ser su ayudante en el Met. Debía reconstruir un vestido de Cleopatra que lució Lana Turner y pensó en todo el mundo que rodeaba a la reina, desde los jardines a los pavos reales. Recreó con fantasía y ganó. «El lujo está en tu mente, en la moda todo es emoción, la clave es contar una historia». «Cuando se enfrentaba a un estilismo del siglo XIX Diana gritaba ¡necesito macarons! y todo el mundo se volvió loco buscando galletas pero yo averigué que se refería a un peinado con tirabuzones de esa época!», cuenta el editor. «¡Leía mucho, bebía vodka… Podía hablar 4 horas seguidas de alpargatas, pero no sabía ni donde estaba la cocina de su casa!».
Talley junto a Karl Lagerfeld
Llegó a París como redactor del WWDaily por su talento, con el beneplácito de Karl Lagerfeld, y asegura que les costó entender que fuera negro, aunque al poco ya se había convertido en el rey de la ciudad. Hablar francés fluido gracias a una gran profesora de instituto, fue fundamental. Kate Moss y Naomi Campbell dormían la siesta en su cuarto. Le entusiasmó la colección que hizo Yves Saint Laurent sobre el sur de EEUU solamente escuchando Porgy & Bess: «Demuestra como la música puede inspirar todo un ambiente».
Andreísmos: Grandilocuente y apasionado, sus comentarios divertidos le han dado fama (ha pasado también por un reality televisivo) y le han granjeado el afecto de las celebrities. A Rihanna en plena gala del Met homenaje a Comme des garçons le miró el vestido y le soltó: «te han dado un mapa para meterte en esto?»
Talley con Rhianna
Considera su entrada en Vogue en 1983 como la culminación de su carrera, aunque en sus inicios no se entendió con la directora, Grace Mirabella. «Quise comparar las plumas de Saint Laurent con las de un nativo africano y lo rechazó». Anna Wintour le dijo que pasara de ella, y se hicieron amigos. El personaje de Nigel en el film El diablo viste de Prada se inspira en él. Y aparece en un cameo en Sex and the city.
Siempre ha utilizado su poder en la moda para luchar contra el racismo y defender que se contraten modelos negras. «El movimiento de una modelo negra es sinuoso, precioso y de una elegancia especial», dice. Para él, que a los 10 años ya leía Madame Bobary, llegar a Nueva York desde el sur fue un sueño hecho realidad, aunque asegura que todo lo consiguió poco a poco, de manera natural. «A veces me preguntan cómo he aguantado tanto tiempo en este mundo y yo pienso que realmente quienes aguantaron sufrimiento fueron mis ancestros», dice.
La portada de vogue con Michelle Obama
A André le llena de orgullo haber participado en la portada que Vogue le hizo a Michelle Obama cuando era primera dama. «Ojalá lo hubiera visto mi abuela», dice. También considera un momento culminante para la cultura negra la boda de Meghan Markle: «Fue muy simbólico, con un coro gospel, referencias a Martin Luther King, aquella madre allí sola, más digna que la reina, vestida con tanta elegancia viendo a su hija casarse con un príncipe…». Destaca también un reportaje en que convirtió a Naomi Campbell en una Escarlata O’Hara negra con Galliano a su servicio.
Naomi convertida en Escarlata O’Hara
Un consejo a los futuros creadores: Educar el ojo, como decía Vreeland, trabajar duro y buscar la personalidad propia con atrevimiento. «Soy un ejemplo de que se puede conseguir lo que quieras», dice. Talley asegura que llamó la atención de Warhol y Vreeland «no por mi apariencia, si no por lo que sabía y mi actitud: escuchaba, trabajaba mucho y aprendía». Le molestó horrores que se dijera que había conseguido triunfar porque se acostaba con diseñadores: «Es un estereotipo de la época sudista!».
Talley reniega de los que creen que llegó al éxito sin esfuerzo
Dice que su ropa es su armadura pera luchar «en las trincheras del chiffon«. «Cuando me invitaron a una cena en Mónaco con la princesa Margarita de Inglaterra fui vestido con una colcha y un pijama de Prada, y entoces no se llevaban por la calle como ahora!. Ahora lleva vistosas túnicas que le confecciona Dapper Dan, el sastre de Harlem que fue visionario colocando logos de marcas de lujo en la ropa de camellos y hip hoperos; y que ahora trabaja junto a Gucci.
Sus modistas icònicos, con los que se iría a cenar ya mismo són madame Gres, Schiaparelli, Yves Saint Laurent, Chanel y Balenciaga.
Sus dos metros de alto y sus 200 quilos de peso le impiden bastante la movilidad, y por ello se resistía a venir a Barcelona, aunque una vez aquí, se mostraba «feliz» de haberlo hecho». En el documental aparece en un centro tratando de adelgazar y deseando comerse una galleta: ¡500 calorías, oh, no puede ser!. De joven, era un pincel, alto y delgado.
Talley con Rossy de Palma y Alex Estil·les
Sin pareja. Impresiona oírle contar en propia voz que nunca se ha enamorado. «Me casé con la moda y ahora creo que es un error, espero estar todavía a tiempo de poder cambiarlo». A sus 68 años cuenta que es hijo único, que no tiene animales de compañía y que a veces se siente solo y vulnerable, «aunque el mundo me ha abrazado».
Está completamente de acuerdo con el movimiento #metoo. «Ya era hora», dice. En el documental aparece cercano a Hillary Clinton, a la que se ofrece a ayudar a vestirse cuando llegue a presidenta. No pudo ser. Le gustó como vistió Melania Trump el dia de la investidura de Trump: «Camina con confianza digna de la realeza, de él no he venido a hablar».