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Una noche entre cócteles con Chino Darín


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El hijo de Ricardo Darín nos habló de Penélope Cruz y de Úrsula Corberó en su noche barcelonesa de fiesta y trabajo. Es el seductor del momento y el actor del que más oiremos hablar en los próximos meses

 

Aunque casi no conocemos su trabajo, Chino Darín ya se ha posicionado como un gran seductor dentro y fuera de las pantallas. A pesar de que el actor no se ve como un sexsymbol ( «¡No lo soy en absoluto, no me levanto por la mañana y me miro al espejo con orgullo!») Es evidente que ha heredado de su padre, el querido Ricardo Darín, el mismo aire de hombre interesante. Él quizá un punto más latin lover. Con un palmo más de altura sería perfecto. La cámara ama su risa pícara, es agradable y expresivo, y además su corazón lo ocupa la mediática actriz barcelonesa Úrsula Corberó, ex pareja de otro referente en belleza masculina, Andrés Velencoso.
Todo un cóctel explosivo que no podía encontrar mejor lugar donde mostrarse que entre los cócteles líquidos con base de ginebra Bombay Shappire que bartenders tan creativos como Marco Álvarez (BCN 5.0) sirven en The Art Room, instalada en el Convent del Angels de Barcelona. Un espacio sorprendente de espejos azules ideado por artistas multidisciplinares.

Chino Darín no confirmó si estaba o no enamorado, pero tampoco huyó del todo de estudio. «Me prometí que no volvería a salir con una actriz porque en general son complicadas, pero me gustan las dificultades», decía mirando a los ojos de su interlocutor y sin perder el sentido del humor en ningún momento. Admitió que si sales con una actriz, por lo menos no hay problemas de incomprensión cuando has de filmar alguna escena de amor.

Acaban de salir en la revista Diez Minutos fotos del actor paseando con su padre y Úrsula por el centro de Madrid, y el 15 de marzo colgó en su Instagram (lleno de selfis sugerentes) una imagen de la actriz en Budapest, la ciudad donde él rueda la segunda parte de La niña de tus ojos,  La reina de España, con Penélope Cruz ( «una de las personas más cálidas y generosas con las que he filmado»). Chino y Úrsula se conocieron rodando La Embajada, la nueva serie de Antena 3, con Belén Rueda, que transcurre en la embajada española en Bangkok: «Mi personaje es muy misterioso y la trama es un thriller potente, hemos sufrido mucho en el rodaje porque todo lo que se cuenta es bastante intenso», apunta el actor que considera a Úrsula una gran compañera de trabajo. «Es genial trabajar con gente que está dispuesta a generar un gran vínculo en escena», dice con su colorista dialéctica.

Nacido el 14 de enero de 1989, lleva el nombre de sus abuelos, Ricardo y Mario, «pero en casa me empezaron a llamar Chino para diferenciarme de mi padre, y así me he quedado», explica cuando le preguntas por su nombre artístico.¿No tienen nada que ver su ojos felinos? «Es cierto que de pequeño los tenía un poco más achinados que ahora».

 Chino quería hacer su propio camino estudiando dirección de cine, pero también le interesaba la interpretación, «y como ya en la escuela de cine mis compañeros me pedían que les hiciera de actor, cada vez he estado más en este lado». Con una excelente relación paterno-filial, a los dos Ricardos les gustaría trabajar juntos, «pero se debe encontrar la conjunción de tiempo y de proyecto ideal». Chino habla muy bien del padre, aunque asegura que es difícil evaluarlo cuando lo ves tan cerca: «Pensad que yo le veo por la mañana desgreñado y con pijama!», ríe. Con él se reencontró el sábado en Madrid para ver desde el televisor el Barça-Madrid. «Yo soy de River Plate, no me pidáis más», dice Chino, que considera Messi, «el más grande que hay».

También vería el partido, en Barcelona, Marc Clotet, socio del Barça desde niño «aunque el futbol no me quita el sueño», que apuntava hacia un resultado de 3 a 1, con pocas dotes de adivino. Más acierto tiene interpretando a un gay «en una época en que la homosexualidad era considerada una enfermedad» en la serie El Caso (TV-1), un personaje que le ilusiona por el reto interpretativo que supone «negar lo que sientes porque no se acepta socialmente». No posó con su chica, Natalia («cada uno tiene su vida»), i explicó que está a punto de rodar, como Chino, también en Budapest un film, El jugador de Ajedrez.

Peter Vives también es un hombre de serie. Su papel de antagonista en Velvet ha hecho que por la calle lo paren para decirle que no sea tan malo. Lo deberían achuchar más por sus ojos azules, preciosos, que el jueves conjuntaban con su chaqueta i gorra. «Me encanta la moda», dice. Y también le gustaría recibir la llamada de Hollywood, como Miguel Ángel Silvestre. Tal vez, él que da tan bien vestido de época, para hacer un nuevo Mad Men. Por qué no?, dice Peter, aunque confiesa que todavía no ha tenido tiempo de ver la mítica serie de los hombres locos de Madison Avenue.

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Con el colega Joan Callarissa in blue

 

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