Fashion

Oscar de la Renta entra en la leyenda


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Sarah Jessica Parker insistió en mayo pasado que Oscar de la Renta firmara la cola del vestido que le había confeccionado para asistir a la gala del Metropolitan Museum en honor del que está considerado el primer gran couturier de EE.UU., Charles James. El icono de moda de Nueva York rindió así un homenaje entonces inesperado al diseñador dominicano, que luchaba contra el cáncer desde 2006 y que el lunes murió en su casa de Connecticut a los 82 años. El vestido de la actriz era un espectacular diseño inspirado en las creaciones más glamurosas de James, que coincidía plenamente con su propio imaginario. Porque si Oscar de la Renta quería conseguir algo, era embellecer las mujeres. Lo hacía con diseños de costura originales, coloristas y elegantes tanto de día como de noche, pero pasará a la historia por sus vestidos de gala, suntuosos y llenos de volantes, que enamoraban las alfombras rojas de los premios de Hollywood y los vestidores de las primeras damas presidenciales.
Aunque en los inicios intentó ser un pintor abstracto (estudió en la Academia de San Fernando de Madrid), dio el primer paso hacia la moda al hacer el diseño del vestido de presentación en sociedad de la hija del embajador de EEUU en España, que apareció en la portada de Life. Aprendió en los talleres de Balenciaga y en los de Lanvin,  y comenzó a trabajar en la casa de alta costura de Elizabeth Arden en Nueva York. Se estableció por su cuenta en 1965, un tiempo en que conoció una de sus musas, Naty Abascal, que lo recuerda como una persona «con un corazón enorme como no había otro en el mundo». Otra de sus modelos, Eugenia Silva, lo llora via Twitter: «Me enseñaste a no tener miedo ya aprovechar cada segundo.». Como Naomi Campbell, que lo considera «el caballero de la moda».
En la década de los sesenta De la Renta creó vestidos fuerza extravagantes y lujosos, hasta que se consolidó como creador de alta costura imprescindible para la jet-set  americana al igual que Carolina Herrera, con quien comparte orígenes del sur y sofisticación. Ambos forman parte de la gran familia de la moda neoyorquina y sus nombres son parte indisociable de la semana de la moda, a la que no faltó tampoco este septiembre. El 13 de este mes asumió la dirección creativa de la firma Peter Copping (antes en Nina Ricci), a pesar de los insistentes rumores de que su sucesor sería John Galliano. Los rumores apuntan que exigía demasiado para ser contratado.
Jackie Kennedy (con la que empezó una amistad el día en que le preguntó ¿ese vestido es mío?), Nancy Reagan, Hillary Clinton (que lució un diseño suyo en la portada de Vogue) y Laura Bush (que llevó un diseño suyo en el baile de inauguración del mandato de su marido) fueron seguidoras fieles de su concepto de glamour moderno y sensual alejado de vanguardias rompedoras.
 En cambio, con Michelle Obama la relación no fue fluida. A la primera dama actual no parecen gustarle mucho los amplios volúmenes ni las largas y bordadas faldas de lujo. Quiere que su ropa se adecue a una administración austera, y por eso recorre a cadenas de moda. Además, prefiere llenar su armario de prendas firmadas por jóvenes creadores norteamericanos y otros alternativos poco conocidos como forma de potenciar la industria del país. Alguna vez Obama también viste prendas de firma europea, como el Alexander McQueen que lució para cenar con el presidente de China. Entonces, paradójicamente fue el mismo De la Renta quien le recriminó que no vistiera de algún joven creador chino-americano para fomentar la creación en Estados Unidos. También la regañó por haber saludado a la reina de Inglaterra vestida con una sencilla chaqueta de punto.

Cuando Mango lo invitó a Barcelona para presidir sus premios de moda en 2009, comentaba la anécdota quitándole importancia. Decía que las mujeres que marcan tendencia son las de la calle y aseguraba que Michelle no le guardaba rencor ya que le había pedido un vestido a su hijo, Moisés, que sigue sus pasos pero fuera de la firma. Moisés (adoptado al nacer, fue abandonado en 1984 cuando Oscar tenía 52 años y estaba casado en segundas nupcias) estaba con su padre porque había firmado una colección de camisetas para Mango.
El caso es que la primera dama no vistió una creación De la Renta hasta este mismo mes de octubre, quizá ya conocedora de la proximidad de la muerte del modista. Un elegante diseño de día bordado. celebrities.

Pero será el vestido de novia de Amal Alamuddin el que pasará a la historia como el último gran diseño mediático del creador. Exclusivo, clásico pero escotado, de encaje, perlas y cristales. La firma lo ha incluido en la nueva colección nupcial. Una prueba más que la nueva señora Clooney está destinada a ser alguien en el universo estelar de las celebrities.

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