El libro del Dos Palillos, el mejor asiático occidental para Ferran Adrià
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Albert Raurich y Tamae ya tienen en sus manos el compendio que resume su primera década al frente de una aventura gastronómica tan original como meticulosa. El libro rojo del Dos Palillos, que Ferran Adrià considera el restaurante asiático más importante fuera de Asia, une filosofia, gastronomía y estética. El día de Sant Jordi firmarán libros, junto a Albert Adrià y su ‘Tickets Evolution’, en la Llibreria Universitària de 12 a 14 horas
En la presentación del libro del Dos Palillos, Ferran Adrià, recordaba como de bien se lo pasaron en ElBulli hace 12 años gestando la carta del que sería el primer menú del restaurante asiático que quería abrir en Barcelona, uno de sus principales jefes de cocina, Albert Raurich. «Recuerdo que a Juli Soler no le gustaba el pescado crudo y consiguió que no hiciera casi ningún plato así», comentaba en La Central del Raval, la librería que está a tiro de piedra del templo gastronómico de Albert. Montar el Dos Palillos no era un capricho. Durante su estancia en cala Montjoi, el chef descubrió que la cocina japonesa le abría la mente a un mundo nuevo que le apasionaba. «Establecimos un diálogo con una de las cocinas más sensibles y delicadas del mundo y eso repercutió mucho en los productos que utilizamos, en la liturgia, en la forma de entender la gastronomía». Fueron unos años en que esa relación influenció menús y hasta libros magníficos, como el libro Natura de Albert Adrià, y también fue el germen del que sería el Dos Palillos. Ayudó mucho en la génesis que Raurich se enamorara de Tamae, su mano derecha, que controla perfectamente qué es japonés y que no.
En estos años el Dos Palillos ha evolucionado y se ha convertido en «el restaurante asiático más importante fuera de Asia», asegura Ferran Adrià. «No me gusta sentenciar pero es que es verdad, a ver si me podéis decir otro que lo supere». La clave es seguir un camino de exploración más allá de confeccionar platos sabrosos. Porque la vanguardia supone «elaborar cocina creativa con un lenguaje propio, que abra caminos». Y en esa exploración sigue el equipo del Dos Palillos después de haber vivido un año intenso de celebraciones por su primera década organizando actos especiales y algunos con chefs de primera línea (la mayoría amigos, como los Roca o Ferran) en los que la comida siempre estaba presente. «Nos ha servido para crear nuevos platos, hacer borrón y cuenta nueva e iniciar una nueva etapa», cuenta Raurich.
Una etapa de madurez que tendrá que glosarse en otro libro porque el primero, excelentemente editado por RBA, recoge solo la creativa infancia de este pequeño pero sorprendente restaurante a través de 240 elaboraciones. «Ha sido el resumen de 9 años, aunque en este último año de celebración, el décimo, hemos creado unas 70 más», apunta Raurich que no ha tenido ni un domingo ni un lunes festivo: «Ha sido bonito, pero muy duro». «Es que no se pueden hacer cosas extraordinarias con un horario ordinario», le riñe riendo Ferran. «Para hacer el libro hemos ordenado lo que hemos hecho y hemos visto que nos falta mucho por conseguir».
«He comido en el Dos Palillos los menús más japoneses que existen», apunta Ferran, y asegura que solo se atreve a comentar abiertamente lo que opina de lo que come con Raurich, con su hermano Albert y los chefs del Disfrutar, también exjefes de cocina de El Bulli. Adrià está convencido que el Dos Palillos tiene capacidad para convertirse en un tres estrellas Michelín, porque Raurich investiga y conoce lo que supone la presión de trabajar creando «arte gastronómico», que en este caso tiene también un gran componente espiritual.
Si le preguntas a Raurich por un plato emblemático, no duda: el sunomono de algas frescas y moluscos porque con sus algas, moluscos y su estética que recuerda el Cap de Creus resume a la perfección la síntesis de los dos mundos, el asiático y el mediterráneo. ¡Preparad los dos palillos y empezad a cocinar, a ver si os salen sus recetas!
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