Santa Eulalia celebra sus 175 años con procesión y mapping de Miralda
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Con una ‘performance’ de Miralda que incluía una procesión y un mapping sobre la fachada de la tienda inspirados en el mundo de la moda y en retablo del siglo XV de Santa Eulalia, la tienda del mismo nombre celebró ayer su 175 aniversario. Una fiesta atípica de 4 horas en la que no faltó ni rap ni pastel de Escribá en forma de dedal
Lejos de pensar en una gran fiesta al uso, con burbujas y largos vestidos de gala, Lluís Sans ha querido celebrar el 175 aniversario de Santa Eulalia, tienda referente del lujo en la ciudad, con una performance artística dirigida por el artista multidisciplinar Antoni Miralda que buscaba unir arte y moda implicándose a fondo en la ciudad «para devolverle lo que ella nos ha dado».
La compleja acción estaba pensada para hoy sábado pero se realizó ayer por miedo a la lluvia, y hubo suerte. Con el tiempo y con todo lo demás. No era fácil pero la mecánica funcionó a la perfección: comparsa, coctel, pastel de cumpleaños, videos, mapping… Os lo cuento por partes.
LA COMITIVA DE LOS PATRONES
A las siete de la tarde se iniciaban los actos en el Pla de la Boqueria (donde nació la primera tienda) con una curiosa comitiva formada por 80 músicos y 150 estudiantes de teatro, danza y diseño que recorrieron a pie los tres quilómetros que llevan hasta la actual ubicación de la tienda, casi en la Diagonal, en el número 92 del Passeig de Gràcia.
Detrás de la banda de Cardona (todos vestidos con bata blanca de sastre) una columna de jóvenes portaban 100 estandartes con patrones que personificaban la evolución de la empresa: del almacén de tejidos a la sastrería, de los uniformes laborales a los vestidos de gala, y de los desfiles de Alta Costura a la venta online.
Me fijé en aquellos que de un lado mostraban patrones de diseños reales creados por la casa cuando era referente en creación de alta costura en la ciudad, algunos de los cuales ahora pertenecen a la colección Antoni de Montpalau, y por detrás detalles de esas piezas
o varios de los preciosos carteles promocionales artísticos de la casa de los años treinta. En su archivo tienen algunos maravillosos en los que hasta aparece dibujada la bella abuela de Lluís como modelo.
La idea de Miralda era homenajear la tienda sin olvidar a la santa de la que tomó el nombre, y a quién la Mercè substituyó como patrona de la ciudad. Una especie de procesión pero urbanita y artística. Por ello cerraba la comitiva una imagen de Santa Eulàlia en aspa del retablo del siglo XV Crucifixion de Santa Eulàlia de Bernat Martorell que se encuentra en el museu episcopal de Vic.
CELEBRACION EN LOS JARDINES DEL PALAU ROBERT
La comitiva de patrones terminó su andadura en los jardines del Palau Robert donde les esperaban los clientes de la tienda, desde el conde de Godó a la aviadora Mercè Martí, a ritmo del rapero Zinkman que interpretó una versión muy divertida dels Goigs de Santa Eulàlia.
Hubo parlamento de Lluís Sans y su esposa Sandra, agradeciendo la colaboración de todos los participantes, incluyendo la de sus hijos adolescentes trillizos, Lorenzo, Bruno y Félix, que formaron parte de la comparsa.
A destacar el abrigo-manta «de una diseñadora ucraniana», que lucía Sandra, jefa de compras desde 2006, y pieza clave cuando hablamos del prêt-à-porter femenino en la casa.
También se vio un vídeo con diseñadores y propietarios de firmas de moda como Etro, Hermès, Neil Barrett, Aquazzura, Moncler, Canali o Dsquared2 felicitando los 175 años de la tienda, justo antes del momento culminante en que Christian Escribà apagó las antorchas de la enorme tarta de aniversario en forma de dedal con lo que parecían alfileres clavados.
Aplausos y brindis en copas iluminadas con velas interiores precedieron el último desfile de la noche de todo el público, banda incluida, hacia la fachada de histórica tienda, que en 2011 Sans remodeló completamente para convertirla en una moderna multimarca de 2.000 m² con mucha personalidad: muebles de las sedes anteriores y fotografías antiguas conviven con la ropa de marca, el atelier de sastrería y un espacio de cafetería y terraza.
MAPPING EN LA FACHADA DE SANTA EULALIA
El colofón de la fiesta fue el esperado encendido de los 20.000 leds de la fachada que nuevamente jugaban con la forma de un vestido y también de la cruz del retablo de Santa Eulalia y relleno de los patrones que antes vimos desfilar.
En el retablo el alma de la santa sale en forma de paloma de su boca entreabierta, y por ello el espectáculo termina con palomas, también de paz y también un símbolo muy barcelonés. También caen copos de papel con frases del mundo de la moda que emulan la nieve de la falda de la santa.
El espectáculo se repetirá cada noche hasta Sant Jordi para que los ciudadanos puedan seguir participando de esta celebración santa, histórica y poética, según Miralda, el hombre que un día casó a Colón con la estatua de la Libertad.
«Quería acercar el arte a la vida y animar a la participación colectiva con el ritual de vestir como hilo conductor». Su juego lúdico, incluyendo los dobles sentidos, debió gustar a la santa porque solo lloró (y seguro que era de emoción) justo cuando se apagó el último led. Ayer hasta la lluvia fue encantadora.
(Ver también Entrevista a Lluís Sans)
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