Jordi Cruz nos lleva a los años 20 con Atempo
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Desde que hace cuatro años entró en nuestras casas via televisión Jordi Cruz siempre está de moda. Os cuento su último proyecto, un restaurante donde se ha dejado llevar por la imaginación (¡pasen y vean los años 20!) y me cuenta cómo le va la vida. «Es difícil pasar de ser normal a chico guapo en sólo un programa de televisión!»
Sólo entrar en el nuevo restaurante de Jordi Cruz, Atempo, el maitre ya te sorprende. Viste de absoluto negro, con corbata blanca y sombrero borsalino, un gángster en toda regla, con un equipo completo de camareros cómplices, que nos adentra en un espacio con música de jazz, amplia carta de vinos, decoración con personajes pintados propios del cine negro y cocina cosmopolita. «Quería que el personal llevara los fracs de los años 20 pero creí que daría la imagen de un local caro, que no lo es, así que opté por los gángsters. Y en la cocina, vamos con un delantal rayado de mafioso «, explica el chef, que con esta apuesta ya suma 4 restaurantes con el hotelero José María González.
Situados todos en hoteles, el jefe del batallón es el Ábac, alta gastronomía con dos estrellas Michelin, sigue el Ángle (con una estrella y un libro recién publicado), el Ten’s (local de tapas que ya tiene un recetario a punto de salir) y ahora el Atempo, que se encuentra en pleno Eixample barcelonés, en los bajos del hotel Mirror, en el renovado restaurante que antes comandaba Paco Pérez. «Con Atempo completo el póquer. Me atraía hacer un bistrot que ofreciera buena cocina internacional a un precio razonable y que se ajustara a lo que quieres comer en cada momento del día «, comenta Cruz e insiste en que la propuesta se adapta a lo que pide el barrio y también tiene un horario muy necesario en Barcelona. «Todos nuestros locales abren domingo y lunes, lo que hace mucha falta».
La oferta es completa y viajera. Hay influencias italianas, francesas, peruanas … platos clásicos, reinterpretaciones propias y algún que otro juego de vanguardia. Un xató (con bacalao ahumado, berenjenas y romesco helado) ceviche y ostras con peces de roca, Pieles de pies de cerdo guisados con lágrimas ibéricas, gambas mediterráneas y puré de garbanzos a la vainilla, secuencia de foie gras, papillote de verduras y hierbas provenzales en la parmesana:
Platos que se pueden acompañar con una excelente focaccia con compota de ajos, hierbas y aceite arbequina y completar con postres como la bella y sabrosa Pavlova pink panther con frutos rojos, que se sirve en un plato precioso:
«El precio medio no supera los 50 euros, aunque siempre puedes pasarte», dice Cruz. Entre los platos más caros hay paletilla de cochinillo a la segoviana, de 21 euros. También se pueden picar anchoas de Santoña por 2,40 la unidad y probar el buenísimo queso Cusie, que recomineda el chef, por 6,50 euros.
Una de las gracias del Atempo es también la propuesta de maridaje de vinos que Cruz ofrece para cada plato, con precio delimitado por copa y botella. El otro, es la ambientación, a cargo del pintor y dibujante Octavi Intente, que nos transporta a la era del jazz con personajes de tamaño real que parecen salidos de Gilda o La jungla de asfalto. Intente (Castellar del Vallés, 1959) llena el espacio de paparazzi, gángsters … No falta ni el pianista ni la cantante brillante entre los muchos espejos de la sala.
Con el tiempo calculado al minuto, Cruz todavía no tiene el don de la ubiquidad. Confía en chefs formados a su lado (como Quim Gabarró, que dirige el Atempo) para los nuevos proyectos, «todos me duran mucho y quieren responsabilidad». Jordi Cruz no para. Además de presentar campanadas televisivas, ha triunfado en una nueva edición de Masterchef con niños y también se ha estrenado con famosos en una nueva versión del concurso donde lo vimos poner firme hasta a la explosiva Loles León.
El chef les está muy agradecido ( «nos hacen el gran favor de venir al programa») pero constata que en general no saben «hasta que no lo prueban como de seriamente nos tomamos el trabajo de cocinar». Por eso quizás se ha ganado fama de juez duro. Admite que, en un entorno culinario, puede imponer algo: «Soy puñetero, puedo ponerme serio y llegar a dar un poco de miedo porque creo en la figura que represento».
El chef que se convirtió por mérito propio en el más joven con estrella Michelin a los 25 años asegura que la televisión le ha dado la oportunidad de dar a conocer lo que hace, aunque también mucha fama, y seguidoras. «Tengo 39 años y he estado 35 sin salir en la tele. Es difícil pasar de chico normal a guapo en un programa «, afirma riendo. Se considera tímido ( «aunque me gusta superarme y lo hago»), se mantiene atlético haciendo deporte en casa ( «es necesario cuando tienes una vida estresante») y asegura que ahora vive en calma sin paparazzi con su pareja, Cristina, a quién ve cada dia en Ábac. «Eva González se ha casado y la chica rusa concursante con la que me relacionaron ya no está», dice.
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