Culture, Fashion

Isabel de Pedro: Una cadena histórica de arte y moda


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Isabel de Pedro llena de cuadros y trajes la que fue galería Joan Prats y antes sombrerería
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Isabel de Pedro se ha convertido en el último eslabón de una cadena que enlaza arte y moda en el corazón de Barcelona. Hoy me apetece contaros cómo desde hace pocos meses su ropa femenina y cosmopolita se ha unido a la historia de esta ciudad. Sus vestidos ocupan ahora la que durante cuatro décadas ha sido galería de arte Joan Prats, y antes exquisita sombrerería. Una herencia que la creadora no sólo respeta, sino que potencia.
Joan Prats (1891-1970) quería ser pintor. Estudió en la Llotja e inició la que sería una amistad íntima con Joan Miró, pero como no se pudo negar al deseo de su padre que continuara el negocio familiar de sombreros de hombre, encontró la manera de canalizar la vena artística a su ambiente: exhibía un móvil de Alexandre Calder en el escaparate, hacía retratar los sombreros por fotógrafos como Catalán Roca, encargaba publicidad a artistas como Enric Cristòfor Ricart … promovió el arte moderno durante más de medio siglo y en plena posguerra seguía siendo abanderado de la vanguardia.

En 1962 Prats contactó con el editor Manuel de Muga para hacer volúmenes artísticos y establecieron una relación tan prolífica que, seis años después de su muerte, la familia Muga le rindió homenaje otorgándole su nombre a la galería de arte que abrieron donde había sido la sombrerería. Josep Lluís Sert, que ultimaba la Fundación Miró, se encargó de la reforma interior. El espacio, comandado por Juan de Muga, promovería artistas catalanes e internacionales. Con la galería trasladada actualmente a la calle Balmes, el espacio quedaba libre en espera de una reutilización cómplice con su historia.
Nada mejor que la sensibilidad artística, urbana y comprometida de Isabel de Pedro para entenderlo. Con Rafael Tous creó su primera firma de ropa en 1968 (Mr. Cat) y juntos iniciaron una colección de arte contemporáneo que los llevó a fundar el espacio Metrònom. Hoy en día Tous tiene centralizado el valioso material conseguido durante décadas en una fundación con su nombre, que irá alimentando la tienda. Este verano, con ropa de inspiración japonesa (con maravillosas piezas inspiradas en los paisajes de los ukiyo-e y los labios pintados de las geishas), hemos visto fotografía oriental actual. Hace unos días, con la llegada de la colección de invierno dedicada al Perú, se ha llenado de imágenes impactantes de cuerpos tatuados, que incluyen un retrato de Isobel Varley, la británica de 77 años considerada la mujer más tatuada del mundo. Ni un centímetro libre.


El pasado también está presente en otros pequeños detalles significativos como unos cuantos sombreros de Prats (de la colección Antoni de Montpalau). Se cierra la cadena: moda se reencuentra con moda, y arte con arte: «La gente tiene tendencia a unir moda y frivolidad, cuando es un mundo rico, complejo y lleno de posibilidades que se renueva cada seis meses», comenta la diseñadora.
La vinculación de Isabel y Rafael con el arte ha sido básica para conseguir el histórico espacio, por el que pagan una renta adaptada al siglo XXI. No ha sido fácil porque no se permitía destinarlo a nada más que a usos artísticos. «El Ayuntamiento y los comerciantes vecinos entendieron que seríamos muy respetuosos con una joya como esta», dice Isabel. Pero va más allá del respeto. Quiere recuperar el interiorismo original de Sert: un espacio diáfano al que posteriormente se añadieron paredes.
Isabel de Pedro, que exporta fuera el 93% de su ropa de nivel medio-alto pensada para mujeres activas y urbanas, abrió hace tres años su primera tienda en la ciudad en la calle Calvet, pero esta será su boutique de referencia. Un lugar idiosincrático que destaca entre tanta marca homogénea. Es lo que necesita Barcelona.

 

Conociendo un poquito a Isabel:

La mujer que diseña va siempre muy sexy, con tacones, ajustada …
Sí, me gustan mucho las piezas entalladas, pero todo lo que hago es muy llevable. Debe servir para ir a trabajar. En los tiempos en que vivimos debe ser práctica, pero lo que no haré nunca será ropa de tonalidades claras … Mi estilo es fuerte y oscuro.
Pero siempre cambia. Cada año se inspira en un viaje o en una etapa artística …
Sí, ahora hay colgada una colección sobre Perú pero me he inspirado en muchos lugares. Cuando viajo me zambullo en una cultura y luego salen cosas … Me ha inspirado París, el frío de los países nórdicos con su parte vikinga y sus muebles (¡ellos no tienen Ikea en las casas!), la nieve blanca … También he estado en Vietnam, que tiene la mejor cocina del mundo, y en Brasil, un país lleno de energía con unos paisajes impresionantes.
Pero no siempre sus interpretaciones provocan sonrisas, ¿verdad?
Ha habido colecciones complicadas, sí, pero ya ni me acuerdo.
Ya se las recuerdo yo: la rusa, la vasca …
Es cierto. Cuando me inspiré en la vanguardia rusa había carteles del acorazado Potemkim, de la torre Tatlin, de Ródchenko … Y a los actuales rusos, que son unos nuevos ricos, les recordaba demasiado la época soviética, y no la recibieron nada bien. Y la vasca … Aquello fue muy curioso. Era una colección que reivindicaba el euskera (porque un idioma siempre es una joya) y el mundo vasco. Salían pelotaris, levantadores de piedras … Todo lleno de hombres duros y fuertes. ¡Sufrí un boicot ridículo de algunos clientes de España porque pensaban que estaba retratando etarras!
Precisamente usted es vasca. ¿Como llegó a Barcelona?
En los setenta hacía de modelo en Bilbao y vine para acá porque había toda una industria textil. Fui pareja de Rafael Tous, que importaba ropa moderna, y vi que se copiaba mucho y que todo estaba mal cosido. Empecé a diseñar y poco a poco fui definiendo mi estilo.
Con Rafael Tous llevaban la sala de arte contemporáneo Metrònom. ¿La moda es arte?
No. Quizá algún diseñador como Yohji Yamamoto se ha acercado, pero lo que se hace es para vender. Ahora bien, creo que un diseñador debe de estar interesado en el arte. Yo no soy coleccionista, sólo me interesa verlo y disfrutarlo.
Tiene ya dos tiendas en Barcelona. ¿No le da miedo la crisis?
La crisis da miedo a todo el mundo pero hay que hacer cosas contínuamente. La tienda de la calle Calvet funciona muy bien. El secreto quizás es el outlet que hay en las habitaciones interiores.
Usted exporta desde hace tiempo.
Vendo más fuera que dentro: Alemania, Bélgica, Rusia, Australia, Japón, EEUU, China, Taiwán. Ahora queremos entrar en Corea. Y no es fácil porque el mundo cada vez es más de las multinacionales y la crisis se extiende por todas partes. En diez años incluso pasará en China. Si no se pagan sueldos dignos, ¿cómo puede haber consumo?
Un día el examor del príncipe Enrique Chelsy Davy se compró un vestido suyo para una boda … ¿Le interesa el mundo de los famosos?
No mucho. A mí me gusta que se pongan mi ropa mujeres profesionales como Julia Otero, Mònica Terribas, Montse Guallar. Que la lleven a trabajar y a bodas, si es necesario.
¡Recuerdo a Clara Segura ponerle un traje de pececillos para el estreno de Mar Adentro!
Sí, muy adecuado.
¿Verdad? ¡Era un diseño de la colección vasca! La de la polémica … ¡Ya ves!
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Con Rafael Tous

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