Nunca es tarde para cambiar, incluso cuando se tiene todo. Eso debió pensar Lisa Lovatt-Smith cuando en 2002 dio un giro de 180º grados a su vida y se instaló en Ghana. Lo que iba a ser una estancia fugaz se convirtió en su mantra, y de ahí nació la ONG OAfrica, tal y como recoge en su autobiografía Mañana quien sabe, un repaso a los momentos más determinantes de la vida de esta exeditora de moda y a la aventura que emprendió en África hace ya 13 años.

Cinco minutos con Lisa bastan para darse cuenta de que África es sólo la guinda de una vida cargada de experiencias al alcance de unos pocos. Testigo directo de la ebullición de la moda durante la Movida madrileña, Lisa conserva un fuerte vínculo con nuestro país que sale a la luz con recuerdos como las 'fiestas que pasaron a la historia', aquellas que celebraba rodeada de la jet set española en su céntrico piso de la Plaza Mayor de Madrid

¿Cómo empezaste en el mundo de la moda?
Fue por un concurso. Cuando llegué a la revista servía café pero como hubo muchos cambios de personal, cuando llegó Anna Wintour tuve suerte y rápidamente me pasaron a ayudante en el departamento de redacción, y a partir de ahí editora gráfica, con 19 años, que fue una gran oportunidad.

Has trabajado con gente de la talla de Anna Wintour o Karl Lagerfeld. ¿Qué recuerdas de sus inicios?
Coincidí con los orígenes de Anna, de Karl no porque él ya estaba muy establecido. También trabajé con muchos costureros, con Azzedine Alaïa, Saint Laurent, asistí a todos los desfiles... Era un momento muy bonito en la moda, antes de que se volviera algo apreciado por todo el mundo. No había fashion TV, era una cosa mucho más 'secreta' mucho más privilegiada y tenías la impresión de formar parte de un grupo de gente muy particular. Cuando ibas a los desfiles conocías a todo el mundo y bueno, también en España fue un momento muy entrañable. Estaba Pedro del Hierro que tenía su propia casa, Sybilla, Jesús del Pozo, Manuel Piña, Antonio Alvarado, Montesinos.... Cibeles empezaba y surgieron las primeras modelos a nivel internacional como Vanesa Lorenzo, Laura Ponte, Helena Barquilla, Celia Forner... y trabajé con todas. Fue un momento muy interesante porque aquí no había industria y no sabíamos cómo se iba a mantener eso.

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Lisa junto al fotógrafo de moda peruano Mario Testino.

¿Qué cambió?
La moda empezó a sentirse orgullosa del made in Spain, y los famosos pudieron empezar a vestirse con moda hecha en casa. Fueron momentos de gran nexo entre la moda, el arte y lacultura, como en las películas de Almodóvar que había siempre un lado muy fashion, gente que como Rossy salía en los desfiles... Era el final de la movida. Inditex y Mango no existían y la gente no vestía como ahora. Ahora vas por la calle y el low cost ha hecho que en España se vista súper bien pero entonces eso no existía. O se tenía el estilo portera o el estilo Isabel Preysler, no había una cosa intermedia. […] Todo el trabajo que hicimos con el Corte Inglés y Cortefiel, y el trabajo de Roberto Verino y Adolfo Domínguez le prepararon el terreno a Inditex.

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Lisa Lovatt-Smith junto a Rossy de Palma y Bibiana Fernández en 1989.

Los orígenes de tu carrera están en Londres ¿Cómo viviste los 80?
Fue un momento muy especial en Londres. No existía realmente la moda británica y tuve la suerte de estar ahí cuando empezaban a formarse grandes colecciones en Inglaterra. Eran muy atrevidos y había gente como Vivienne Westwood que seguía el ambiente post punk muy cañero. Existía el sentimiento de que había muchas oportunidades pero no me gusta Londres, es muy grande, y nunca ha sido mi ciudad, realmente toda mi carrera la hice en París.

En 2002 viajas con tu hija a África. ¿Qué viviste para querer romper con 35 años de vida?
Veía que la gente se estaba muriendo y que esa era una cosa que podía cambiar. Empecé ayudando al grupo de niños que vivía en el orfanato de Awutiase, un grupo de 105 niños donde sabía que podía cambiar muchas cosas y tenía el sentimiento de que podía tener una influencia importante en la vida de estos niños.

Luego fundaste OAfrica con un planteamiento totalmente opuesto. ¿Cuál es vuestra filosofía?
Para nosotros es muy importante que los niños no crezcan en orfanatos sino en familias, y hacer todo lo necesario para reforzar estas familias. Si trabajas en un orfanato unos meses en seguida te das cuenta de que no es lo que necesitan los niños. Leí un texto de Save the children fue un gran momento de lucidez. Si no lo has vivido puedes pensar: "¡Qué fuerte! El 90 % de niños que viven en orfanatos no tienen padres", pero cuando lo has vivido es como recibir una bofetada, porque muchas veces sí tienen familias que les pueden acoger, lo único que hace falta es reforzarlas. No deberíamos invertir nuestro dinero en sitios donde los niños no tienen su propia identidad, ni siquiera tienen derecho a tener su propio nombre, no pueden encontrar sus raíces ni convivir con sus familias, están pasando hambre, les están pegando… Eso es lo que pasa en los orfanatos.

"Por el precio de un par de zapatos de Ferragamo podía cubrir el coste de la educación secundaria de 6 niños durante un año". ¿Son estos los valores que fallan en nuestra sociedad?
Es normal, no creo que puedas culpar a la gente de aquí porque parece que Ghana está muy lejos, pero por eso escribí el libro, para intentar acercarlo un poco más y que pudiera servir como manual. Las becas de educación, por ejemplo, son algo seguro, pero donde la gente no invierte ni dona es en la protección de la infancia, algo necesario especialmente con los niños que tenemos nosotros, los que están separados de su familia y tienen sida u otros problemas de salud.

Los lazos de Lisa Lovatt-Smith con la industria de la moda nunca se disolvieron del todo, y eso también ha repercutido en la proyección de la ONG. OAfrica cuenta con embajadoras de lujo como Rossy de Palma en España o Victoria Abril en Francia, además de colaboradas como la heredera del imperio Missoni Margherita Missoni, la actriz Rosario Dawson, la modelo Inés de la Fressange o el actor ghanés Idris Elba. Lovatt-Smith sigue siendo un apellido a tener en cuenta en el mundo de la moda –de ahí que le sigan lloviendo ofertas– y tal vez por ello las grandes firmas tampoco quisieron perder la oportunidad de colaborar con la causa: "Missoni es una de las casas que más nos apoya, hicimos una colección cápsula con ellos. Valentino organizó nuestra gala benéfica en Nueva York, elaboramos un abanico con Louis Vuitton, una venta de las perlitas de Ghana utilizadas por grandes costureros como Lacroix... fue impresionante".

A pesar de lo mal que lo has pasado -sufriste malaria varias veces, agredida y amenazada–, ¿no pensaste nunca en abandonar?
¡Y me quemaron la casa! Sí he pensado en abandonar, sobre todo en los momentos más difíciles… pero de eso hace años. Siempre he tenido claro que los niños necesitaban la ayuda y que eso no lo podía abandonar así porque así. Paso miedo porque puede pasar de todo en cualquier momento pero vale la pena. Hay mucha libertad y tienes la impresión de que realmente puedes impactar mucho a la gente, y eso compensa.

Y si pudieras volver a atrás, ¿hay algo que cambiarías?
Realmente no, yo creo que todo ha pasado cuando tenía que pasar. Lo he pasado muy mal físicamente porque he estado muy enferma, pero no sé qué podría haber hecho para estarlo menos. En África las enfermedades son muy fuertes y es imposible no coger malaria cuando vives ahí, no es cuestión de cuidarte. Bueno sí, podría vivir en una casa con aire acondicionado y demás pero eso nunca ha sido mi viaje.

¿Qué planes de futuro tienes para ti y la ONG?
Me gustaría que dejáramos existir porque eso significaría que ya no quedarían orfanatos en Ghana. De los 148 que conocimos han cerrado 88, por lo que queda aún trabajo, pero hemos avanzado mucho. Es sobre todo tener los medios para hacer correctamente ese trabajo, que cuando se cierre un orfanato podamos encontrar las familias de los niños y montarles pequeñas empresas a las madres para que puedan ocuparse de sus propios hijos. Me gustaría que esto se hiciese completamente... Avanzamos bien pero siempre faltan fondos. No hemos inventado nada nuevo. Yo fui una niña abandonada, recogí a una niña abandonada y juntas fundamos una asociación para niños abandonados... Por eso es importante cuidar la infancia, porque al final todo se repite.

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Fundada en 2002, OAfrica ya cuenta con sedes en Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, España y Suiza.