Un paseo por la Shopping NIght 2015 de Barcelona

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Unas 90.000 personas recorrieron la Shopping Night del passeig de Gràcia. Cristina Brondo fue la reina del glamour en una noche en que Tous y los caldos de Ruscalleda triunfaron. Os pongo hasta la receta
La directora de La Moños asistía a la presentación de los premios Gaudí de cine, que iniciaban la fiesta en el Palau Robert. Sílvia Munt recordaba que lo primero que hizo en el teatro, con Juanjo Puigcorbé como director, fue Sueño de una noche de verano. La noche fue para los organizadores el sueño de una noche de invierno. A diferencia del diluvio del año anterior, la temperatura era ideal y el número de asistentes aumentó en 25.000. Tan sólo faltó Ada Colau. Era la primera vez en seis ediciones que el alcalde de turno no se paseaba entre el bullicio. Lo hicieron Jordi Hereu i Xavier Trias. «Nos gustaría mucho que viniera, porque es la alcaldesa de todos», comentaba Lluís Sans, presidente de Amigos del Paseo de Gracia. La Shopping Night se financia con la participación de espónsors y la contribución de las tiendas. No recibe subvenciones y ahora ha empezado a pagar tasas. «Este es el año que hemos tenido más dificultades para obtener permisos municipales, aunque ha habido voluntad de hacerla», explicaba Sans dentro de su tienda, la elegante Santa Eulalia, que acogía unos diseños del joven creador Joan Andrés inspirados en Shakespeare, y con muchas dosis de Vivienne Westwood.
En verano, el mismo diseñador vistió a Pedro Marín de sopa Campbell para la Shopping Night de la Diagonal.
Había clientes en la caja – «aunque no sea una noche pensada de cara a las compras, sino a la promoción, vender se vende» -, y actuaban unos entregados Romeo y Julieta, a veces un poco Hamletianos.

El hotel repartía canapés de Nandu Jubany, que esta semana ha celebrado con una gran fiesta los 20 años de su restaurante en Calldetenes, Can Jubany. Su mujer, Anna Orte, es jefa de sala y su cómplice desde los inicios. Tienen tres niños y el primero, Eudald, ya hace sus pinitos en los fogones. Dice que quiere ser pastelero, que es lo que más falta hace en casa… Nandu empezó con su masia y actualmente ya es todo un empresario restaurador, con salas de banquetes, asesoria de hoteles, catering… Hasta tiene restaurante en Singapur y otro en camino. Entre todos los cocineros que asistieron os pongo a Joan Roca i a Oriol Castro (con Nil y Mariano), una de las tres almas del Disfrutar, que se merece un montón la estrella Michelín que acaba de conseguir.
En la Shopping Night Mey Hofmann cocinaba «maridajes imposibles», como el amor de los Capuleto y los Montesco, con quesos suizos. En realidad, todos eran muy posibles, porque los comensales no dejaron ni un ápice en platos como el risotto de boletus con Sbrinz (uno de los más antiguos de Suiza, con un sabor intenso) y el milhojas de salmón con queso L’Etivaz . «Me gustan estos quesos porque son de vacas que sólo comen hierba y no llevan aditivos», decía la chef, que está a punto de abrir un segundo bistrot, ahora en el paseo de San Juan.
No muy lejos, Carles Abellán vendía bocadillos de butifarra en la furgoteca del Yango Urban Food.
Y, en el Mandarin Oriental, Carme Ruscalleda y Raül Balam servían los 120 litros de caldo de cada año, que esta vez era de castañas recubierto con láminas doradas. Parecía chocolate caliente, y al cabo de dos horas y media ya habían repartido mil vasos.
Fue quizás la cola más larga de la noche, aunque este año la zona de food trucks hervía, y a las puertas de la nueva tienda de Tous decenas de adolescentes esperaban pacientemente para retratarse con Aida Domènech (Dulceida), la bloguer y YouTuber más de moda. Ella las atiende a todas con simpatía y no se va hasta que no se acaba la cola. Además habla maravillas de los ositos.
La más fashion de la noche fue sin duda una de las madrinas de la Shopping Night, Cristina Brondo, con un diseño de cuero y lentejuelas de Teresa Helbig. Lo lució junto a Alex Maruny (El Club de los Incomprendidos).
Vestía de negro, como Isabel Gemio, que celebraba una fiesta en El Palauet para recaudar fondos para su fundación en favor de las distrofias musculares y las enfermedades raras. De nuevo enamorada, está espectacular, aunque asegura que la finura de la piel es herencia genética de su madre, que incluso de mayor no tenía ni una arruga. Le regalaron un bolso Lupo.
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