La gran noche Pertegaz en el Liceu

A Manuel Pertegaz no le gustaban los grandes homenajes póstumos, «decía que había que hacerlo cuando el creador estaba vivo y podía disfrutarlo», me contaba Ángel Tribaldos el lunes cuando le preguntaba por la posibilidad de que se haga alguna nueva exposición de la obra del diseñador, que murió el pasado agosto. La mano derecha del modisto durante casi 40 años asistió con una de las sobrinas de Pertegaz, Sionín, al reconocimiento que se hacía al maestro en el Círculo del Liceo. En los salones lucían 17 vestidos que no se habían visto nunca en Barcelona, y que ellos mismos habían ayudado a elegir los fondos de la Colección Antoni de Montpalau que dirige Josep Casamartina y que ya atesora 60 trajes de Pertegaz sobre todo de la época de esplendor de la alta costura.

Angel, que continúa trabajando en la firma, tiene unos 500 pero de los años 70 en adelante («antes no se guardaban»). «Somos complementarios, tal vez podríamos hacer algo conjunto en el futuro», dice Casamartina convencido de que el maestro del buen gusto se merece una retrospectiva histórica.

La cita del lunes era un aperitivo, que también servía para presentar una iniciativa de micromecenazgo (de 1000, 3000 o 100 euros al año) para apoyar una colección que nació en 2004 y que ya sobrepasa las 6.000 piezas, entre vestidos, complementos, tejidos, dibujos, fotografías y documentos, obtenidos por donación. Muchas damas de la alta burguesía de Barcelona (Mercedes Arnús, Dinath de Grandi de Grijalbo…),  ya han cedido piezas. «Hemos pedido ayuda de esta manera porque estamos muy vinculados a la sociedad civil», dice Casamartina que ya tiene el apoyo de Santa Eulalia, Isabel de Pedro y del fabricante de Sabadell Josep Maria Garcia Planas.

La cita comenzó con la emisión de un documental sobre la figura del maestro que repasaba su trayectoria con las voces de sus amigos y clientes. Mientras Alicia Borrás recordaba como de estricto era con las modelos («me dijo que si no adelgazaba no me llevaría a desfilar a Nueva York»), Casarmartina comentaba como se tuvo que reinventar con la llegada de una nueva era: «Si al principio de los años 60 la gente venía a la puerta del Liceo a mirar vestidos, a finales de la década venían a lanzar tomates». Pertegaz lo hizo: «Buena prueba es el moderno mono que llevaba Salomé en Eurovisión», dice Toni Bernad, que en la segunda entrega de su libro Catalans. Retrats recupera bellas imágenes del modisto. Os pongo una con una Barbie vestida por él.

A pesar de ser un reconocido fotógrafo de moda, Bernad ha tenido la suerte de retratar artistas, empresarios, políticos, famosos e intelectuales de lo más diverso. Antoni Tapias, Teresa Gimpera, Toni Llena, Xavier Cugat, Pep Guardiola, Pasqual Maragall, Josep Pla … «Recuerdo mucho el día que fui a fotografiar a Mercè Rodoreda. Yo era muy joven y tímido, e hice todo lo que no debía. Le dije que se sintiera como Lana Turner, la hice tirar por el suelo, desinhibirse… Ella reía pero luego le dijo al editor Josep María Castellet que yo estaba loco, que me había reído de ella y que tirara todas las fotos a la basura. Yo reaccioné enviandoselas y le gustaron tanto que a partir de entonces ¡sólo quiso utilizar mis fotos para cualquier publicación! «.

También Rodoreda, la autora del inmortal texto La plaza del Diamante (que acaba de protagonizar Lolita en el teatro) apareció en la conversación con Rosa María Martín i Ros, cuando hablábamos de la muestra El fil invisible (El hilo invisible) que comisaría en el museo de Lleida diocesano y comarcal. Son 90 piezas de ropa de la colección de indumentaria femenina infantil y para el hogar de Victoria Antó. «Hay un fragmento de Mercè Rodoreda porque ella trabajó de costurera en París», dice Martín i Ros que está enamorada de las combinaciones de los años 20 con bordados geométricos y de las chambre que llevaban las abuelas, y que «los 70 las chicas usábamaos como blusas Ad Lib «.

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