Los famosos se engalanan por el sida

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La quinta gala del Sida, celebrada en el Palau Nacional de Barcelona, fue un éxito de convocatoria y de recaudación (más de 700.000 euros). A Miguel Bosé todos le dicen que sí. Hay tantos invitados (todos con oficio y beneficio) que el photocall se queda pequeño, algunos se escapan por el lateral (como Carolina Herrera) y otros llegan en grupo y la prensa no consigue hablar con todos. Cubrir informativamente una alfombra roja nunca ha sido fácil. Pero no nos engañemos, en el fondo, si hay una buena foto del famoso, sobran las palabras. Triunfa el modelito. Y de eso, de modelitos, en la gala del Sida hay mucho donde escoger. Aunque sea en Barcelona, ciudad discreta por naturaleza. Aunque algunos sean diseños prestados. Pasen y vean.

Laura Sánchez, preciosa con un vestido de Teresa Helbig, que llegó a la gala de corto demostrando que un buen vestido de noche no depende del largo. Viva la modernidad.

Para moderna y cañera, Bimba Bosé (que por cierto, pasaba de Pantoja cuando le preguntaban: «Hay cosas más interesantes que comentar». Dí que sí) que iba de David Delfín (con forro rosa Schiaparelli) y ejerció de DJ con su novio Charlie. No faltó Lucía Dominguín (con Francis Montesinos y diseño daliniano) ni Lucía Bosé.

Judit Mascó fue fiel a Cortana:

En la gala del sida cada año se habla mucho de investigación, de solidaridad y de dinero. Porque sin dinero no es posible sacar adelante la vacuna (Bonaventura Clotet ya la tiene en marcha) que puede erradicar una enfermedad «tremenda, yo soy médico he vivido el tiempo en que todos los hemofílicos infectaban», recordaba en el escenario el alcalde de Barcelona Xavier Trias. Miguel Bosé, el anfitrión desde la primera gala, animaba a todos a contribuir aunque fuera con un euro para formar parte de la historia del fin del sida: «Yo tengo cuatro hijos, que no saben todavía que soy Miguel Bosé, sabrán que he formado parte». Las mesas de diez personas (a partir de 13.500 euros) compradas sobre todo por empresas y firmas de moda, llenaban la sala Oval del Palacio Nacional de gente guapa, que habían pagado su ticket, como Carolina Herrera e hija.

Muchas más eligieron el rojo, el color de la lucha contra el Sida. Vanesa Lorenzo un Hervé Leger con collar de la colección exclusiva de Rosa Oriol (Tous). Elsa Anka, que llegó con su hija Lidia. Aunque esté en Gran Hermano asegura que no abandona sus estudios de márqueting (antes estudiaba criminología). Gisela también apostó por el rojo. Le va genial con su obra infantil, Gisela y el libro mágico. En la foto con Mónica Pérez y Alberto Cerdán.

Mónica Naranjo, que el día 12 termina su gira en Barcelona, es la reina de la fiesta sea donde sea. Todo el mundo se quiere hacer selfis con ella, e incluso le piden grabarla en vídeo unos segundos saludando un hermano que es superfan. Roja también era la gorra de Macaco vestido con un esmoquin y sentado en la mesa de los Tous junto a Kira Miró: «Si no llevara gorra no seria yo. Tengo muchísimas».

Rosa Tous (de rojo), tuvo la alegría de encontrarse con Jaydy Michel (fue hace unos años imagen de la marca) y Rafa Márquez, invitados a la mesa de un empresario mexicano. Los años han pasado en positivo para la bella modelo y para la firma catalana, que no para. Esta semana han inaugurado nueva tienda con Rolex en el paseo de Gracia y han presentado colección en Madrid con una Paula Echevarría que asegura estar harta de desmentir rumores de separación.

Gemma Mengual, también de rojo, y Ona Carbonell

Martina Klein llevaba el rojo en tono burdeos, firmado por Ángel Schlesser. La modelo sustituía como presentadora a Genoveva Casanova, que no fue, aunque le supo muy mal, porque sus niños estaban muy afectados por la muerte de la abuela, la duquesa de Alba, y eligió quedarse a su lado, en Londres, ciudad donde estudian internos. En la foto, con el mag Lari, que animó la gala, y el cheque de la recaudación.

Bonaventura Clotet, que recibió un montón de piropos por su trabajo en la lucha contra el sida por parte de colegas brillantes, lució familia. Marc Clotet y Natalia Sánchez posaron por separado.

Aina Clotet, estilazo dentro de un diseño de Menchèn Tomás. Estrena Rastres de Sàndal esta semana.

Antonia dell’Atte con el pelo a lo Miley Cyrus

Helen Lindes casi vestida de novia. Se está entrenando.

Paloma Cuevas y Enrique Ponce. No es fácil verlos en Barcelona. No faltaron a la foto de Hola, que se hacía a pocos metros del photocall. La veremos en breve.

Una foto divertida de Miguel y Raquel Sánchez Silva

Vimos a Ricardo Bofill hijo (ahora dedicado a la arquitectura), Judit Mascó (fiel a Cortana), Helena Rakosnik, Sonia Recasens, el consejero Santi Vila, el embajador de EEUU James Costos y cocineros como Carles Abellán, Nandu Jubany y Oriol Balaguer, que acaba de inaugurar chocolatería en el Born llena de sorpresas: incluso te hacen una tableta de chocolate personalizada. Entre las más elegantes, Laura Sánchez, vestida de largo y verde por Teresa Helbig, y Aina Clotet (que estrena un filme que le enorgullece, Rastros de sangre) con una pieza rocío de Menchen Tomás. Echamos de menos en el escenario Boris Izaguirre, que había sufrido la reciente pérdida de su madre. Le sustituyó un magnífico mago Lari, poco después de que Sara Baras regalara a los invitados un baile especial pensado para la noche