Un toque Bob Dylan en el Planeta: Llamando a las puertas del cielo literario

Más allá del morbo que despierta ver en una gala a Carles Puigdemont compartir mesa con los reyes y la vicepresidenta Soraya Santamaría, la fiesta del premio Planeta nos dejó anécdotas, estilismos y una conexión curiosa entre el finalista y Bob Dylan, que me encanta contaros

@Andreu Puig

¿Qué tienen en común el ganador del Nobel de Literatura de este año y el finalista del premio literario que le sigue en dotación económica, el Planeta? Pues que la forma como han llegado al cielo de las letras nos ha dejado con la boca abierta. Bob Dylan lo ha obtenido sin proponérselo por la poesía de la sus canciones generando confusión y dudas globales, y Marcos Chicot ha luchado día a día desde el nacimiento de su hija Lucía, una niña con síndrome de Down, por sobresalir en el mundo de la escritura y así poder asegurar un futuro confortable «a la persona que más quiero».

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La historia humana «temeraria» de este madrileño, economista y psicólogo, se convirtió el sábado en la protagonista de la gala de entrega del premio Planeta. Nos encogió el corazón la ternura y claridad con qué la contaba. Chicot dejó su trabajo para concentrarse en la escritura de la que quería fuera una gran novela. Durante 3 años vivió de sus ahorros y trabajó 12 horas diarias para dar a luz El asesinato de Pitágoras, una obra compleja y cuidada que quedó en cuarto lugar del premio Planeta en 2012 y no fue publicada. El autor recurrió a ebook y tuvo tantos lectores que los editores acabaron llamando su puerta. «Me encanta porque el libro está en la facultad de matemáticas pero también tiene muchos seguidores pegados a la intriga; es básico entretener y tener ritmo «, explica. Ahora sigue «matando filósofos» y paseándonos por la Grecia clásica cotidiana con la también muy documentada obra finalista El asesinato de Sócrates, que evidentemente esta vez será publicada: «Hace 4 años me hice una foto con Lara y lo he tenido en el salón. Ha sido una motivación extra, no una venganza «.

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La meticulosidad y el perfeccionismo con que Chicot ha dirigido sus pasos hacia su objetivo contrastan con la manera inesperada como Bob Dylan ha convertido en gurú literario. Ha sido tema estrella en las redes sociales y en el palacio de Congresos no podía ser menos. «Han conseguido que se hable mucho de un premio que nunca tiene tanta repercusión», constataba Julia Otero al lado de su marido, Josep. Vestía un Dolce & Gabbana salpicado de rosas rojas, uno de los diseños más bonitos de una noche en la que todo el mundo miraba el modelo de la reina Letizia .

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@MarijoJordan

Había expectación porque su último Felipe Varela, lucido el día de la Hispanidad, se parecía mucho en su estampado a uno de Oscar de la Renta. Esta vez vistió de total black. Eligió falda negra de Hugo Boss con top de su modisto de cabecera, que ya lució en 2011 en Chile, y que mostraba claramente que no tiene ni un gramo de grasa. Nos llamó la atención cómo, en el escenario, calmaba los nervios de la ganadora, Dolores Redondo, con caricias. Eso sí, sin perder ni un momento su regia postura. Llevaba impactantes joyas de brillantes, como Carmen Posadas, con un traje rojo que le sentaba genial. La escritora y miembro del jurado decía tener «sentimientos cruzados» con Bob Dylan. «La adoro pero los escritores tenemos tan pocos espacios de promoción!».

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No era la única con dudas. Alicia Giménez-Bartlett no se veía capaz de opinar ( «es que ha habido grandes poetas que no han tenido esta oportunidad!»), María Dueñas, con un vestido lencero en negro, fruncía la nariz ( «es un referente pero no tengo claro si encaja en el ámbito literario «) y Ángeles González-Sinde (finalista del Planeta en 2013) lanzaba una reflexión interesante:» Dylan juega con ventaja sobre todos nosotros porque él pone música a sus palabras «.

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Entre la veintena de personajes que pregunté, había alguno claramente opuesto como Ángela Becerra ( «le quita espacio a gente de un gran nivel») y muchos otros entregados, como Manel Fuentes, convencido de que Dylan prestigia el Nobel ( «dale tiempo al Boss, que también llegará», decía el fan de Bruce Springsteen). A su lado, el director de cine Jaume Balagueró  apostillaba: «Está muy bien que la cultura pop-rock entre en la gran cultura «.

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Jaume Collboni, totalmente a favor, me mostraba la foto de Instagram que colgó con un Dylan recomendando que se vaya a las bibliotecas públicas: «Escrita, recitada, cantada, la literatura is blowing in the wind!» mientras Pau Donés, con un look relajadísimo,  exclamava:»Es que los músicos no son poetas, o qué?»

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Vestida de Calvin Klein, Sussana Griso, que está pensando en escribir un ensayo «porque la novela me da mucho respeto», señalaba al lado de Mamen Mendizábal que Dylan «tiene canciones que han marcado toda una generación «,

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Marta Robles, que acaba de publicar una reflexión sobre los temores y la inseguridad en primera persona, defendía la elección de Dylan: » me parece un grandísimo poeta del ámbito beat » mientras Javier Sierra apuntaba:» el Nobel se devalúa más con escritores extraños que con alguien que tiene vocación universal «.

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Con Maxim Huerta, que no se declaraba fan de Dylan, pero le parecía «genial» que le den el Nobel, hablamos de sus visitas a las ciudades que aparecen en la serie de TV-1 Destinos de cine: «Voy a hacer una guía de viajes con mis impresiones y anécdotas», cuenta.

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En una gala en la que antes de cenar casi había más ocupantes en la sala vip que en el cóctel general, destacó la presencia de Fernando Grande-Marlaska, el primer juez que se declara abiertamente homosexual, y que acaba de publicar unas memorias intensas. Llegó con Nativel Preciado, que las prologa.

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